Para reflexionar...
Relato 1: LA BUROCRACIA
Sixto Martínez cumplió el servicio
militar en un cuarto de Sevilla.
En medio del patio de ese cuartel,
había un banquito, un soldado hacía guardia del banquito. La guardia se hacía,
noche y día, todas las noches, todos los días, y de generación en generación
los oficiales transmitían la orden y los soldados la obedecían. Nadie nunca
dudó, nadie nunca preguntó. Si así se hacía, y siempre se había hecho así, por
algo sería.
Y así siguió siendo hasta que
alguien, no sé qué general o coronel, quiso conocer la orden original. Hubo que
revolver a fondo los archivos. Y después de mucho hurgar, se supo. Hacía
treinta y un años, dos meses y cuatro días, un oficial había mandando montar
guardia junto al banquito, que estaba recién pintado, para que a nadie se le
ocurriera sentarse sobre la pintura fresca.
Eduardo
Galeano
Relato 2:
"Alguna vez escuché
esta historia sobre una joven pareja: Pablo llega de trabajar y encuentra a
Susana cocinando un delicioso lomo a la pimienta. Pablo observa sorprendido que
su pareja le corta las puntas al lomo de ambos lados, restándole una buena porción,
y que luego arroja esos excedentes al cesto de basura. Pablo sorprendido le
pregunta a su mujer por qué hace eso. Susana muy ofendida le responde: “Mi mamá
me enseñó a cocinarlo así y así lo comí durante toda mi vida. Vamos a casa de
mamá y ella te va a dar una lección de cocina... ¡desagradecido!
La pareja se dirige
rápidamente hacia la casa de la madre de Susana. Al llegar, Susana le dice:
-“Mamá, explicale al tonto de Pablo
por qué siempre nos cocinaste así el lomo a la pimienta.” La madre entre
sorprendida y ofendida por el planteamiento de Pablo le contesta: -“¿Cómo por
qué lo cocino de esta manera?, ¿te dás cuenta lo que estás preguntando? Mi madre, o sea la
abuela, me crió cocinando el lomo así. Siempre le cortó las puntas, hasta el
día de hoy. Claro, vos venís de estar en la calle todo el día ¡y no valoras el
esfuerzo que hace Susana por atenderte! Vení que le preguntamos a la abuela.” Y allí fueron los tres
a preguntarle a la abuela sobre la cocción del lomo. -”Abuela, ¿podés decirle a Pablo por
qué le cortás las puntas al lomo
cada vez que lo cocinás?” La abuela
sorprendida por la pregunta responde: -”Si claro... le corto las puntas porque
no me entran en la fuente.”
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